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lunes, 27 de mayo de 2013

OTELLO DE VERDI. La ley de los celos



Verdi consiguió con su penúltima ópera, basada en la tragedia de Shakespeare, culminar lo que tanto perseguía con sus últimas obras, alejarse de los parámetros que habían imperado en la ópera italiana y crear un auténtico drama musical. Texto y música se entrelazan teniendo su particular protagonismo en el discurso dramático. Lograr que una tragedia pueda llegar a conmover es la aportación de Verdi con su estimulante y magnífica partitura.
Algo tan terrenal y mundano como los celos son el tema principal de la obra del dramaturgo inglés que Arrigo Boito consigue condensar en lo esencial en su excelente libreto, cuya calidad estimuló a Verdi para lograr lo que buscaba ya en sus últimas óperas, que el continuo discurso musical tenga su relevancia en la narración dramática y sus personajes.
Los tres protagonistas principales, Otello, general de la armada veneciana, Yago, su alférez y Desdémona, la  enamorada y sufridora esposa del general, son las víctimas de esta tragedia, Yago lo es de sí mismo y de su ambición e inocula el veneno de los celos sembrando la duda en Otello, su primer damnificado, provocando que Desdémona sea la inocente víctima de ambos, sufriendo las consecuencias de la inseguridad y enajenación de su consorte.
Hay un cuarto protagonista, el capitán Cassio, otra víctima de las ladinas maniobras del pérfido alférez, al que Verdi le reserva un tratamiento musical especifico en sus dúos con Yago, quizás para dotar de un perfil un tanto ingenuo al joven capitán y que musicalmente es el germen de lo que sería su última ópera Falstaff.
Varios momentos son destacables en esta obra, empezando por el espectacular arranque del primer acto, con el controlado caos descriptivo de la tempestad, la llegada a puerto de la nave del Moro veneciano y su entrada en escena con su “Esultate” para lucimiento de coro y protagonista, mostrando su lado heroico que se va diluyendo a lo largo de la obra y acabando con la ultima escena de la ópera, uno de los momentos más patéticos y conmovedores de todos los finales que en la historia han sido. 
Realmente hermoso el dúo de amor de la pareja protagonista “Giá nella notte densa” con que concluye el primer acto. En el segundo, Yago muestra su maléfica personalidad en su gran aria “Credo in un Dio crudel” y junto con Otello, que va mostrando su perturbado perfil psicológico, protagonizan la gran escena con que finaliza el acto, en la que se pueden escuchar el aria “Tu? Indietro!”, el arioso “Era la notte” y el dúo “Oh mostruosa culpa!”.
En el tercer acto notables son el dúo de Otello y Desdémona “Dio ti giocondi” y el aria del primero “Dio! Mi potevi” que interpreta al quedarse solo después del enfrentamiento.  Concluye esta tercera parte con un esplendido concertante, nada estático y efectivo dramáticamente que da paso al cuarto y definitivo acto, del que se puede decir que es remarcable en su integridad, con la gran escena de la protagonista “Mia madre aveva…Piangea cantando…Ave Maria” y el conclusivo “Nium me tema”, verdadera prueba de fuego para el protagonista.
Una hermosa obra, trágica y conmovedora, con un libreto excelente y una música cautivadora que contribuyó a abrir nuevos horizontes en la posterior historia de la ópera italiana.

Algunas muestras musicales para ilustrar este comentario...como aperitivo a las próximas representaciones en el Palau de les Arts de Valencia.

Acto I. Dúo Otello y Desdémona "Già la notte densa" Domingo-Frittoli La Scala 2001

Acto II. Aria de Yago "Credo in un Dio crudel" Bryn Terfel (un papel no cantado por Terfel en escena)

Acto III. Dúo Otello Desdémona "Dio ti giocondi" Domingo-Freni MET 1991 


Acto IV. Escena final Otello "Niun mi tema" Aleksandrs Antonenko (el que iba a cantar en Valencia) en Salzburgo 2008


Acto III. Aria de Otello "Dio mi potevi" Gregory Kunde (el que definitivamente cantará en Valencia) en la Fenice 2012 


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