He estado sumergido en el antiguo mundo helénico por algún tiempo, para intentar evadirme de lo que esta ocurriendo en este mundo hispánico que nos ha tocado vivir y excluyendo el disfrute que me ha proporcionado, solo quiero manifestar una escueta conclusión a la que he llegado: que en aquella panoplia de culturas que supuso el helenismo, algunos pueblos calificaban de bárbaros a otros, quizás por un primer desconocimiento, y que una vez integrados, acabaron aportando costumbres, modos de vida y su propia cultura, con lo que se consiguió realmente ampliar y engrandecer el legado que nos dejaron. En el actual mundo hispánico en el que el nivel de conocimiento e información es mayor, lo que sabemos sobre algunos “bárbaros” es que lo único que nos dejarán es un legado de corrupción, espionajes y algo de miseria moral y económica que el tiempo se encargará de juzgar.
Metidos en el actual mundo operístico hispánico, toca hablar de algo tan igualmente hispánico como “Il Barbiere di Siviglia”, ópera de Rossini ambientada en Sevilla y que próximamente se representará en el Palau de les Arts de Valencia.
Esta obra de Rossini se basa en la primera parte de la trilogía que sobre el personaje de Fígaro escribió el autor francés Pierre-Augustin de Beaumarchais. Unas comedias que fueron la base para dos de las óperas mas famosas de la historia, la ya citada “Il barbiere di Siviglia” del ínclito autor italiano y “Le nozze di Figaro” de Mozart.
La ópera del italiano es indudablemente una obra con un libreto muy bien resuelto que da pie a una serie de arias, dúos, trios y conjuntos que son los más populares de toda la producción rossiniana. Algunas de sus partes musicales fueron adaptadas, cuando no simplemente utilizadas, de otras obras suyas. Esto que se ha alabado como una virtud de la gran flexibilidad de su música para adaptarse a diferentes libretos, me hace dudar de la validez de esta música para remarcar la acción dramática de sus obras serias que comparten el virtuosismo vocal con sus obras cómicas. Yo personalmente prefiero, por este motivo, sus “bufonadas” a sus “seriedades”, con alguna excepción entre toda su extensa producción de óperas serias.
Me gustaría resaltar algunas diferencias entre las dos famosas óperas que se basan en la trilogía de Beaumarchais. En la de Rossini se escenifica la primera etapa de seducción y enamoramiento del Conde Almaviva y Rosina con final feliz (boda), desde la visión de la clase aristocrática o acomodada, con situaciones de enredo que aligeran la acción. Todo muy propio dada la supuesta juventud de la pareja protagonista y el cómplice barbero del enamorado Conde.
En la ópera de Mozart basada en la segunda parte de la trilogía teatral, la acción remarca la visión que dan la pareja de sirvientes, Fígaro y Susana, como protagonistas de su propia boda, mientras que el Conde Almaviva es la victima de los trapicheos de estos con la complicidad de Rosina, la ya madura Condesa consorte, que al sentirse abandonada por su, en otros tiempos amante aristócrata, no duda en unirse con la joven pareja en sus pretensiones de dar una lección de honestidad a su libidinoso marido.
Interesante la evolución de los dos personajes nobiliarios en su relación amorosa que reflejan las dos óperas de dos autores tan dispares, tanto en su estilo musical como en su periodo vital como son Rossini y Mozart.
Juan Diego Florez como Conde Almaviva seduciendo con una serenata a Rosina en "el barbero" de Rossini.
Victoria de los Angeles como Rosina en "el barbero" de Rossini...tiempos felices antes de ser condesa.
Pietro Spagnoli como Conde Almaviva en "las bodas" de Mozart...ya no le canta serenatas a su Rosina.
Victoria de los Angeles como Condesa en "las bodas" de Mozart...rememorando cuando solo era Rosina.
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