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sábado, 22 de diciembre de 2012

EL DILEMA DE LA ÓPERA



Lohengrin. Tetro Alla Scala. Apertura temporada 2012-2013


La Bohème. Palau de Les Arts. Temporada 2012-2013


Estos vídeos son la presentación de dos planteamientos operísticos distantes por repercusión, ubicación y difusión, pero muy próximos en el tiempo.
La apertura de la temporada supone para el Teatro alla Scala un acontecimiento social y político. Social porque las entradas mas caras a mas de 2000 euros están al alcance de pocos y es una ocasión para presumir de estatus y tal vez para recaudar ingresos para la financiación de la temporada. Política porque suelen asistir casi todos los miembros de las instituciones gubernamentales, aunque este año el Presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, no asistió para demostrar, supuestamente, su desaprobación por el hecho de que fuera Wagner y no Verdi (se celebra el bicentenario del nacimiento de ambos) el compositor elegido para esta apertura. El motivo de esta elección es que Barenboim, el director titular, siente más afinidad por el primero que por el segundo y no era cuestión de correr ningún riesgo añadido en un santuario “verdiano” como la Scala.
Para la ocasión, se contó con Claus Guth para la puesta en escena. El director alemán hizo “su Lohengrin” no tanto el de Wagner. Los cantantes, encabezados por Jonas Kaufmann, de primera, aunque hubo sustitución de última hora y algún desfallecimiento vocal aislado. Las repercusiones fueron: unanimidad favorable respecto a Kaufmann y Barenboim y matizaciones sobre el resto de participantes.
La difusión se llevó a cabo por transmisiones en cines, radio y canales de TV.
La pregunta que queda en el aire es: ¿es este un planteamiento elitista de la ópera?...

En el caso del Palau de Les Arts, las circunstancias son las que son y para la propuesta de La Bohème se contó con un reparto joven, equilibrado y entusiasta. Una puesta en escena a cargo de Davide Livermore, fiel al libreto, funcional y no exenta de atractivo. La baza de los cuerpos estables del teatro (orquesta y coro) de reconocido prestigio y la batuta de Riccardo Chailly que no se prodiga mucho dirigiendo óperas y que aceptó el reto de ofrecer una visión nueva de la obra. Esto es un tanto a favor para el coliseo valenciano en el aún corto y titubeante camino recorrido desde sus inicios ya que supone el debut operístico en España del director milanes.
La repercusión ha sido, a nivel local, muy favorable y favorable para ambos directores (orquestal y escénico), matizaciones para los cantantes y pleno consenso por las altas prestaciones de orquesta y coro.
La difusión parece asegurada ya que según las últimas noticias se va a editar en los soportes audiovisuales que actualmente imperan en el mercado. Tal vez el hecho de que se grabaran las últimas funciones hizo que los resultados obtenidos en estas, fueran aún mejores que el día del estreno, cosa que yo constato, ya que pude asistir el 18 de Diciembre.

La ópera en Valencia necesita crearse un público fiel, o más bien incrementarlo, para dar soporte a estas nuevas temporadas y el papel de la taquilla es fundamental para dar argumentos a los responsables del gobierno, tanto central como autonómico, para que den soporte a lo conseguido en estos breves años.
La política de descuentos emprendida favorece este camino, sobre todo para los jóvenes que quieran adentrarse y descubrir una nueva manera de disfrutar de la música y el teatro. La media de la edad de los asistentes es “preocupantemente” alta y si se quiere corregir esto y afianzar la idea que el Palau de Les Arts es para todos y que no se vea como un costoso patrimonio de una elite, habrá que seguir un tiempo por la vía de ofrecer espectáculos atractivos, de calidad y que consigan llenar el recinto. Ya llegarán tiempos más propicios para consolidar propuestas más arriesgadas, como las hubo anteriormente.
Dulce espera para algunos y más dulce disfrute para todos.

2 comentarios:

  1. No sé si la conexión con el público depende de lo arriesgado de la propuesta, hace unos días se ha dado a conocer por el canal Mezzo los resultados de la Ópera del Año según los espectadores del canal de tv y la propuesta ganadora ha sido la de la Ópera de Lyon, con dirección escéncia de Olivier Py, bastante arriesgada, no sé si la conoces, la acción transcurre en París, en un teatro o cabaret situado entre una comisaría de policía y un hotel, D. José no se va con los bandoleros sino que se introduce en la plantilla del teatro y lo visten de payaso...
    La propuesta de Py no fue bien acogida por toda la crítica pero está muy bien trabajada en su movimiento escénico y resulta espectacular en su plasmación escenográfica, con un decorado rotativo. Tanto el director musical como los cantantes, entre los que se encontraba nuestro Don Carlos, Yonhoong Lee, no fueron nada del otro mundo.
    Lo importante es que la ópera en cuestión, con propuesta arriesgada o no, funcione bien en escena, y La Bohème de Les Arts lo hizo.
    Incluso es probable que el público aficionado a la ópera sea más intransigente que el principiante con las licencias que se toman algunos directores de escena. Puede incluso dar la imagen de ser un espectáculo que admite un lenguaje acorde con los tiempos actuales.
    Por otra parte, un poco de polémica siempre contribuye a la difusión -te pueden reservar un hueco en los telediarios- y a despertar el interés de los no aficionados.
    La cuestión está en lograr siempre el equilibrio, que la obra funcione, como tú dices: ofrecer espectáculos atractivos, de calidad y que consigan llenar,

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    1. La Ópera de Lyon, despues de su remodelación arquitectonica(primeros años noventa), con montajes propios y difusión internacional, supo ganarse un hueco entre los centros de interes operísticos europeos...sin riesgo, repercusión y soporte economico, esto no se consigue y lo consiguieron, por lo que, aún desconociendo la propuesta de Py, veo factible lo que dices del canal Mezzo.
      En nuestro caso, para un teatro nuevo proponer una Tetralogía de Wagner fue un riesgo mayúsculo y salió bien y nos situó en el punto de mira. Lo que provocó la "falta de miras" de las instituciones (centrales sobre todo)fue que el soporte economico no llegó y las cosas empezaron a complicarse...
      Otra clase de riesgo fue la Medea de Cherubini. con un director y una soprano con carreras consolidadas y que aceptaron el reto de enfrentarse por primera vez a esta dificil ópera. En este caso faltó promoción previa y la respuesta del publico local se dió gracias al "boca a boca" (la mía hizo su trabajo)y a blogs locales como el tuyo...
      Si tenemos que aparcar los riesgos en estos momentos, se debería asumir algun reto. En cierta manera lo que hizo Chailly con la Bohème y la Novena fue, al menos, crear una expectativa y los resultados han sido satisfacorios en la taquilla y en lo musical...seguiremos a la espera.

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