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lunes, 28 de enero de 2013

I DUE FOSCARI. POR Y PARA ÉL



I DUE FOSCARI - Palau de les Arts - 27/01/2013
Plácido Domingo-Ivan Magrì-Guanqun Yu-Gianluca Buratto
Orquestra de la Comunitat Valenciana. Dirección Omer Meir Wellber
Cor de la Generalitat Valenciana. Director Francesc Perales
Dirección de escena Thaddeus Strassberger


Ahora que esta muy cerca la fecha de inicio del carnaval en Venecia, la única escena que hace referencia a este festejo es la menos conseguida en la escenografía de esta producción que gracias a la maestría en el manejo de la iluminación a cargo de Bruno Poet se consiguen impactantes imágenes de gran belleza plástica y una efectiva recreación de ambientes sin grandes cambios escenográficos.
La ambientación general es lúgubre y tenebrosa (el Palacio Ducal brilla por su ausencia), debido a la escenografía de Kevin Knight que solo se rompe con el acertado rojo que la encargada del diseño del vestuario, Mattie Ullrich, emplea en los ropajes de Francesco Foscari y los integrantes del Consejo de los Diez que nos transporta a la Venecia Ducal del Siglo XV. La sensación de abuso de poder, injusticia y traición se plasma en esas escenas de la prisión del Estado, quizás exageradas, pero que dan juego en esta trama y escenografía tan monolítica. Cabría decir que este abuso de poder e injusticia no resultarían anacrónicos en los tiempos actuales.
Hay algunas licencias con respecto al libreto, como la cama y los aposentos del Dux en la escena final, una manera de humanizar el personaje e incrementar el juego escénico.
La otra licencia es menos justificable. Lucrezia, en una alegórica escena, ahoga al supuesto hijo de Francesco como si de una Medea veneciana se tratara, en un intento de reflejar el dolor y la culpa del Dux en tan trágico desenlace. La esposa de Jacopo clama justicia no venganza y esto creo que desvirtúa el personaje creado por Verdi.

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El protagonismo de esta obra recae en los dos Foscari, pero el protagonista es "Él", Plácido Domingo, que a sus más de 70 años todavía es capaz de aparecer en escena y captar toda la atención. No es barítono, pero sabe ser Francesco Foscari, adaptando su increíble instrumento vocal, por la edad, a las exigencias del papel, con limitaciones por tesitura y color pero con sabiduría para seducir sobre las tablas.
Ivan Magrì no es un lírico pleno como requiere el personaje de Jacopo, por lo que se le notó un poco forzado en algún momento concreto, su voz no sonó especialmente seductora y le faltan matices vocales para conseguir dominar el canto verdiano. Dada su juventud, habrá que darle un margen de confianza y el público supo agradecer su entrega para poder sacar adelante al desdichado hijo del Dux.
Prometedor el debut de la joven Guanqun Yu en el papel de Lucrezia, voz de lírica ancha con un timbre muy atractivo y la potencia suficiente para sobresalir en los concertantes e inundar la sala con sus solventes agudos. Le faltan los registros graves que requieren su parte e hizo bien en no forzar el instrumento para no desdibujar un color de voz que es uniforme y puede ser muy sugerente en otros cometidos de menor dificultad. No creo que le falten oportunidades en su incipiente carrera. Fue ovacionada.
Muy bien servido el intrigante Loredano en la voz del bajo Gianluca Buratto, un placer escucharle ajustándose a los requerimientos vocales de su personaje.


Cumplieron sobradamente los comprimarios en sus respectivos papeles. Coro y orquesta demostraron una vez más su solvencia, algo a lo que ya nos tienen acostumbrados.
Omer Meir Wellber estuvo mas comedido en sus galopadas y supo contenerse con los decibelios sin conseguir esa redondez verdiana pero mejor que en su anterior intervención en Rigoletto. Alguna sugerencia de Plácido Domingo habrá conseguido este resultado que para eso es la estrella y el que respira y canta en el escenario. El concertante final del segundo acto le salió redondo consiguiendo unos de los momentos memorables de la representación.
Un espectáculo atractivo y musicalmente sugerente, por y para “Él” que consiguió triunfar de nuevo ante su público…todo un “crack”.   

5 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo, sólo que a mí la escena del carnaval me gustó, aunque fuera poco veneciana, no se despegaba del conjunto, y la soprano me gustó algo menos que a ti.

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    1. Que te gustara la escena del carnaval te lo puedo admitir...pero discrepo sobre tu apreciación de la soprano. Lo que hizo el domingo pasado fue realmente meritorio y más con su corta experiencia. Es uno de mis alicientes para las próximas funciones a las que asistiré.

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    2. Le prestaré más atención en la próxima función, a ver si es que yo no tenía el día.

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  2. Coincidimos en lo fundamental, salvo en la soprano. Guanqun Yu tiene efectivamente un timbre de gran belleza y su emisión en la zona aguda es potente y timbrada, pero, en las dos funciones en las que he ido, desafinó y caló en la cavatina reiteradamente, y no consiguió trasladarme ni una chispa de emoción con su canto.
    No siendo ninguno de los tres cantantes protagonistas voces apropiadas para los respectivos papeles, el de la china me resultó el más chirriante. Domingo compensó sus carencias con tablas y saber decir verdiano, y Magrì con entrega y pasión, pero Guanqun Yu... me decepcionó mucho. Aunque acepto que el bicho raro debo ser yo, porque el teatro se venía abajo con sus aplausos.
    Sobre el Carnaval estoy totalmente de acuerdo contigo.
    Un saludo

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    1. Con las voces jovenes siempre valoro su posibilidad de evolución y pienso que la voz de Guanqun Yu la tiene. Sigo pensando que su actuación en esta ópera es un prometedor debut y me gustaría escucharla en algún papel menos comprometido...ayer miércoles la escuché por segunda vez y aprecié una pequeña evolución con respecto al día 27. Tu sabes muy bien que no eres "un bicho raro".

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