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sábado, 12 de diciembre de 2015

LADY MACBETH... 'Andiam' o 'ANDIAM'

                             Ekaterina Semenchuk

Asistí ayer, 11 de diciembre, a mi primera función de 'Macbeth' de Verdi en Les Arts. La segunda será el 17, y como ya se ha dicho casi todo de esta representación, me gustaría romper una lanza en favor de la estupenda Lady Macbeth de la mezzosoprano Ekaterina Semenchuk. El final de su aria en el último acto, 'Una macchia è qui tuttora', lo adaptó con inteligencia, aunque no con los mejores resultados, a sus recursos vocales, que son muchos y buenos... Quizás una "pequeña mancha", muy pequeña, que no empaña su excelente prestación en esta ópera.
Era su debut en el papel y ese honor se lo tenemos que agradecer al Palau de Les Arts, que confió en ella y aceptó el reto con unos resultados dignos de alabar. Bravo.

La excelsa Shirley Verrett es un claro ejemplo de como resolver el final del aria en diferentes etapas de su carrera. En el primer vídeo lo canta como está escrito en la partitura, era el año 1975 y estaba en plenitud de medios vocales. En el segundo, del año 1988, descarta el riesgo y emplea el mismo recurso al que recurre Semenchuk en estas representaciones de Les Arts... Lo dicho, "una pequeña mancha", que algunas grandes del canto han sabido cómo "limpiar"... 

La única que ha hecho honor a este final del aria como lo requería Verdi en la partitura, "Un fil di voce", ha sido Caballé, otras solo se han aproximado y el resto hacen lo que hace Verrett en el segundo vídeo... Bravo...










Mis notas sobre este Macbeth de Les Arts están en proceso de creación...

miércoles, 2 de diciembre de 2015

'MACBETH' DE VERDI... Y LA 'LADY'



Después de la "pretemporada", como ha sido bautizado lo programado hasta ahora, empieza la auténtica temporada en Les Arts con este 'Macbeth' de Verdi y Plácido Domingo de protagonista en su faceta de barítono.
Esta obra de Verdi tiene unas especiales características dentro de la producción verdiana. Primero, porque Verdi estaba empeñado en hacer algo diferente de lo que había hecho hasta entonces, y segundo, porque debido a su devoción hacia Shakespeare, hizo especial hincapié en no desmerecer la obra del escritor inglés.
Verdi controló sobremanera el libreto. Quiso que por encima de la música y el canto destacara el texto, e incidió en crear una atmósfera acorde con el espíritu de la obra, dando más importancia a la interpretación que al canto mismo. Macbeth, el protagonista, tiene partes en que se requiere un canto declamado, de pura introspección, frente a uno más expansivo, lo que el propio Verdi definía como "un cantábile muy sui géneris", y sobre la protagonista femenina, tenía claro que no la quería con una voz bella y un canto académico, sino con una voz más bien desagradable e incisiva acorde con la maldad del personaje. Una voz "áspera, sofocada y sombría" según sus propias palabras.
Caballé ha relatado que ante las peticiones para interpretar a Lady Macbeth, consultó con María Callas y esta le sugirió que su voz era demasiado bella para el papel, y le desaconsejó incorporarlo a su repertorio. La insigne soprano catalana nunca la cantó en escena.

Las profecías, la ambición desmedida sin escrúpulos y los remordimientos, son los pilares en que se basa esta obra.
Es una ópera sin dúos de amor. Los vínculos de la pareja protagonista reflejan los aspectos más reprobables de la condición humana. La tragedia creada por Shakespeare y el sentido del drama de Verdi se unen y dan un excelente resultado, con un especial cuidado en la simbiosis entre la música y el texto para iniciar, en aquel momento, lo que el compositor italiano llevaría a cabo en sus años de madurez creativa... romper con la tradición de la ópera italiana y atreverse a experimentar con nuevas formas y recursos musicales para crear sus obras líricas. La fuerza dramática y el sentido narrativo en la evolución de los hechos y los personajes, son los que hacen de esta ópera una de las más interesantes del compositor italiano.

Si el número y la importancia de las arias son la medida para establecer el protagonismo en una ópera, este habría que dárselo a Lady Macbeth, que se erige en el hilo conductor de esta tragedia lírica. Ella es la instigadora y Macbeth es el ejecutor... ella es la maldad y la manipulación personificada, y él se sumerge en las dudas y los remordimientos. El personaje femenino es complicado por los extremos en la tesitura, la agilidad vocal que se le exige, y por los requerimientos que el propio autor de la partitura expresaba a nivel del color de la voz y de la expresividad.
El tercer protagonista es el coro, en las voces femeninas dando presencia a las brujas y sus vaticinios en el inicio y como parte importante en la evolución de los acontecimientos, y en las voces mixtas a lo largo de toda la ópera.

Una ópera, en definitiva, de indudable atractivo, tanto dramáticamente como en la vertiente musical. Contiene arias con el sello del compositor que están entre las más bellas, tanto para el tenor como para la voz de bajo. Las de la soprano por su interesante corte dramático y psicológico y las del barítono por su, como ya he dicho, "cantábile sui géneris" y su reto a nivel actoral, aportan ese "algo más" que denota esta obra comparada con las compuestas por Verdi en "los años de galera".
Verdi manifestó su particular predilección por esta composición después de estar concluida, y si el propio autor está muy satisfecho con su obra...  



Aquí más abajo, dejo constancia de las tres arias de Lady Macbeth, cometido llevado a cabo tanto por mezzosopranos como por sopranos. En este caso, y si no me equivoco, por tres insignes damas de la ópera que nunca cantaron el papel en escena, solo en grabaciones discográficas... 



'Nel di della vittoria'. 
Agnes Baltsa.





'La luce langue'. 
Fiorenza Cossotto.






'Una macchia è qui tuttora'. 
Montserrat Caballé.




Baltsa, que se queda corta de intención, Cossotto, que se la escucha un tanto tirante en los agudos, y Caballé por no dar el perfil vocal que requiere el personaje, el caso es que ninguna de las tres incorporó en escena a este paradigma de la maldad y de la ambición sin límites...