Próximamente se va a representar en el Palau de les Arts “La Flauta Mágica ”, la última y mas popular de las obras de Mozart (según las estadísticas es la ópera más representada en los últimos años), con libreto de su amigo Schikaneder que por aquel entonces regentaba un teatro en las afueras de Viena, el hoy muy conocido Theater auf der Wieden. Mozart, con problemas económicos, aceptó la propuesta de componer una ópera de carácter popular, adecuada para el público que frecuentaba dicho teatro. El hecho de que ambos estuvieran adscritos a la masonería hizo que en el libreto se reflejaran algunos elementos simbólicos de esta corriente de pensamiento, que en aquellos tiempos no pasaba por sus mejores momentos de aceptación.
Musicalmente, el genio de Mozart supo como hacer un cóctel con elementos de la ópera seria, la cómica, la música popular y hasta alguna influencia de los grandes oratorios barrocos, consiguiendo un discurso coherente y dotando a cada personaje del acompañamiento musical necesario para acentuar su perfil en la sugerente trama, mitad cuento fantástico para todos los públicos y mitad mensaje para divulgar algunos de los elementos de la iniciación masónica.
Uno de los elementos alusivos a la masonería podría estar reflejado al situar la acción en Egipto (de manera un tanto atemporal) y la asociación de la imagen piramidal con el triangulo, uno de los símbolos mas característicos de esta corriente.